Origami


Con el nombre de OrigamiÀngels Margarit/cia. MUDANCES presenta, por primera vez, un espectáculo para público juvenil. Es un espectáculo que tiene la danza como lenguaje protagonista, aunque desdibuja sus límites para ser fundirse con el espacio, la luz, los objetos, la música… Una poética visual llena de sorpresas y sugerencias, que nos invita a inventar nuestra propia historia, nuestra lectura personal de las diferentes situaciones escénicas.

Origami se ha elaborado a partir del imaginario de los espectáculos de MUDANCES, reelaborando materiales y articulándolos en torno a la ventana, como idea de espacio para recortar y seleccionar, mirar y ver, salir y entrar, sugerir e imaginar, y, en definitiva, viajar por un juego de laberinto escénico, sin perder el hilo.

Origami desplegable, laberinto de zig-zag, si entras por las ventanas el hilo no perderás.

Coreografía, espacio escénico
y dirección
Àngels Margarit
Espectáculo creado
con los bailarines
Eneko Alcaraz
Vera Bilbija
Isabel López
Marc de Pablo
Intérpretes Eneko Alcaraz
Vera Bilbija
Isabel López
Gustavo Lesgart
Música original y edición
musical
Joan Saura
Música grabada Mastretta
Pascal Comelade
Vídeo Nuria Font
Vestuario Ariadna Papió
Realización de vestuario Ariadna Papió
Nele Pele
Txell Janot
Asistente de dirección Nerea Egurrola
Iluminación Ernesto Fois
Coordinación técnica y técnico de sonido y vídeo Marc Ases
Técnico de luces Conrado Parodi
Elementos escénicos y maquinaria Pere Milán
Fotografía flores Estel Margarit
Proyección colores Ferran Capella
Con la colaboración de Llorenç Corbella
Ferran Capella
Producción ORIGAMI Montse Prat
Promoción ORIGAMI Marta Font
Contabilidad Angeles Albarrán
Equipo de gestión Meritxell Bausà,
Tones Llabrés,
David Marquez

La adivinanza y la canción del duende del silencio son del libro “Oi, Eloi?”
de Miquel Desclot

ORIGAMI es una producción de Àngels Margarit/Cia. MUDANCES
con la coproducción de L’Espai de dansa i música de la Generalitat de Catalunya
y con la colaboración de Teatre de Salt (Salt, Girona) y el Ajuntament de Terrassa (Terrassa, Barcelona)

Lugar y fecha del estreno

L’Espai. Barcelona.
26 de diciembre de 2002

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Un regal de Nadal sense piles però amb molta energia i ple de tendresa, sorpreses, humor, colors i sensacions: Origami és un món on pots caminar pel sostre, volar per damunt les parets i rodar infinitament. A partir d’una perspectiva infantil, Margarit ha tergiversat la voluntat expressiva-dramàtica i ha rebaixat el ritme que estem acostumats a trobar en els espectacles de dansa a partir de simplificar el discurs a favor d’una claredat en la interpretació i gràcies a la implicació gens vanitosa dels ballarins.

El seu impuls és el joc i la transgressió de les regles, com un pas endins del mirall d’Alícia, o com un pas enrere en la nostra percepció adulta -aquella que ja ho coneix tot i no se sorprèn de res-, per retrobar el descobriment inicial de totes les coses boniques que ens envolten: el so d’uns plàstics, les formes d’unes mans que apareixen a poc a poc, les ombres que es dibuixen a les parets i ens segueixen arreu…

Margarit ha posat les textures, els colors, els sons i tot el que és primari en primer pla, perquè sense pressa puguem assaborir-ho i notar quina sensació ens ha deixat al paladar. En aquest càndid espectacle, els ballarins són jocs alhora que joguines i nens joganers, i tot plegat és un regal per a nens i per a adults. Els uns, perquè s’hi troben com a casa, els altres, perquè reconeixen el plaer d’un espectacle fet de trossets bonics cosits i ben plegats.

Bàrbara Raubert Nonell, Avui, Barcelona, 12 December 2002

Hace unos años, en una entrevista, la coreógrafa y bailarina Àngels Margarit afirmaba que como creadora se sentía muy cerca de un pintor. Lo han probado sus espectáculos, de concepción y virtudes principalmente plásticas, que añaden el movimiento al juego de equilibrios y contrastes entre masas, formas y colores, pero que habitualmente no han necesitado ningún tipo de hilo ni excusa narrativos. Si acaso, hay intenciones temáticas, planteamientos reflexivos, trazos de vida, como fallidamente en “Arbre de te” y admirablemente en “Peces mentideres”, pero no se cuenta nada: se hace, se juega, se presenta.

“Lo mejor de “Origami” es haber entendido que para dirigirse a los niños no hace falta nada más ni nada menos que esto: jugar con las formas, atraer con los colores, sorprender con las posibilidades del movimiento, entretener con el diálogo y las continuas llamadas a la atención del cruce entre los cuerpos y sus capacidades gestuales, probar nuevas combinatorias y ángulos de visión, porque todos los caminos particulares llevan a una Roma conjunta si se saben tejer unitariamente en el mapa del espectáculo. Y Margarit lo hace en “Origami”. No ejerce de narradora, no cuenta ningún cuento a sus jóvenes espectadores, sino que elige la sugerencia del registro lírico y plástico que mejor ha de formarles como público futuro de danza y arte contemporáneos. Hay suficientes estímulos visuales, ritmo e incluso un puntito de humor para atraer la atención del niño.

“Origami” juega con los cuerpos como el puzzle inicial en la pantalla de vídeo juega con las diversos caminos con que las letras pueden formar la palabra en un círculo infinito, y así da forma y color a los sueños más pequeños e intangibles. No se necesita más.”

Joaquim Noguero, La Vanguardia, Barcelona, 12 January 2003

Cuidadísima estética, impecable puesta en escena y poderosa plasticidad son las características sobresalientes de “Origami”…és un derroche de imaginación de Margarit.

Iratxe de Arantzibia, Donotilandia.com, Donostia, 25 May 2003

El espectáculo ofrece una enorme calidad en su puesta en escena. Los bailarines aportan también una grandísima calidad en la ejecución con una excepcional limpieza en el movimiento, así como un magistral uso del peso del cuerpo.

El movimiento aparece limpio, transparente, claro y sencillo, al igual que el talante de los bailarines.

Los objetos son introducidos de tal manera en el movimiento danzado que finalmente parecen una parte natural de él, incluso en los momentos más espectaculares como en la coreografía realizada con grandes planchas de madera en la que los bailarines realizan movimientos inverosímiles.

El vestuario aporta imágenes sumamente originales y de gran impacto visual y los juegos de sombras, las imágenes proyectadas y las luces se interrelacionan constantemente con la danza proporcionándole una gran riqueza visual.

La sala Gazteszena estuvo repleta de público de todas las edades que agradeció el espectáculo con generosos aplausos.

Ana Remiro, El Diario Vasco, Donostia, 25 May 2003